San Froilán y el lobo

SAN FROILAN Y EL LOBO

Ermitaño de finales del siglo IX se retiró a unos riscos inaccesibles del Curueño en Valdorria pasado Nocedo a la izquierda, donde fue seguido por numerosos discípulos atraídos por su fama de santo. Tenía 18 años cuando empezó con sus retiros que nunca le parecían suficientemente recónditos porque la fama le seguía.. El lugar merece visitarse. Carretera de montaña, paseo por los riscos a través de una escalera esculpida en la roca viva (sólo para atletas) y al final la ermita de San Froilán, desde el mirador anejo  se contempla la Tebaida del Curueño. Bajo los matorrales están la ruinas que dejaron los cientos de seguidores. Nunca faltan manojillos de  flores silvestres en la verja del diminuto templo. En el pueblo hay un bar donde reponer fuerzas “Bar San Froilán”, servicio atento y esmerado. Si bajamos a Nocedo en el bar “La sierra” podremos reponer fuerzas sentados bajo los frutales . Otra opción es acercarnos al “Mesón el aldeano” en el Km 12.500, todo lo necesario para descansar, pesca, sombra, posada, tranquilidad…

El entorno histórico de Froilan es tumultuoso. Corrían malos tiempos para el reino de León por lo que recibe el encargo de procurar el apoyo divino para la causa cristiana mediante oraciones y seguidores. Finales del S.IX. La primera labor consistió en edificar un cenobio, con ayuda de un burro hizo acopio de piedras. Pero cierto día el lobo comió al burro de Froilán. Solución de Froilán: poner el lobo como penitencia sustituir al burro en el transporte de piedras. Así pudo terminar la construcción de la ermita. Además de fantasiosa la historia es preciosa por la ingenuidad de la escena. Una duda asaltó a Froilán ¿Estaría realmente destinado a predicar o sería una ilusión personal ajena a los designios de Dios?   Solución: se colocaría unas brasas encendidas en la boca, si Dios le tenía predestinado para predicar no permitiría que se quemase. Se colocó la brasas y no se quemó. Estaba claro cual era su camino. No sabemos si era la fe de Froilán o la imaginación de sus biógrafos pero estos argumentos parecen más propios de una película de aventuras que de la realidad. San Atilano fue su compañero más destacado.

 

 

 

Por petición de Alfonso III el magno, que le creyó un hombre providencial, fundó monasterios por todo el reino (Los más famosos en Tábara en Zamora y Moreruela). Las predicciones que hizo si no se corregían las costumbres, referentes a desgracias para el reino, fueron cumplidas con las campañas de Almanzor.

 

 

 

 

 

 

 

Si después de esta excursión apetece un ambiente refrescante, la cascada de Nocedo está indicada a pie de la carretera y la puede visitar cualquier persona, hará las delicias de los niños.

La fama de Froilán le colocó contra su voluntad en la sede episcopal de León durante los años 900/905.

Una idea de lo apartado del lugar la obtenemos observando el medio de transporte de forraje usado por los ganaderos. El que se muestra aquí está volcado y visto por su base de sustentación. Los caminos son tan precarios que la rueda no es viable. La técnica es anterior a la invención de la rueda que aquí sirvió para poco. La uña de caballo y el arrastre de las cargas son las opciones posibles

Para volver a la carretera general recuerda: velocidad corta .

Relieve en la Iglesia-Santuario de La Virgen del Camino. El brillo de cara es debido a que ha cundido la costumbre graciosa de “tocarle las narices al santo”, hasta el punto que se ha sacado brillo al metal. Es un ejemplo de cómo se tribializan a veces las cosas. Pocos se interesan por el momento histórico de Froilán ni por su vida ejemplar y curiosa, pero raro es el que no “toca las narices al santo” y se va tan contento por haber cumplido con el rito.

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