El orujo es el compañero del arador que madruga. Es también el analgésico que aliviaba dolores de muelas y de tripa. Para los que no saben beberlo ni mearlo es una fuente de desgracias.
En Santibáñez la Alcoholera de los Hnos Díez fabrica orujo de toda la vida. Artesanalmente, con el primor que se hacían las cosas antes, blanco (transparente) o con sabores es una delicia. Lo incluimos aquí en el apartado de arte e historia porque es ambas cosas.