OMAÑA

Para visitar esta comarca desde Cuadros al pasar La Magdalena desvío a la izquierda dirección a Soto y Amio. Parada en Castillo, pequeño pueblo que dispone de merendero junto al río con sombra, agua e historia. La comarca de Omaña es un valle regado por el río del mismo nombre que tiene como principal atractivo su estilo de vida, basado tradicionalmente en la economía de ribera, históricamente ha desarrollado sentimiento de comunidad. Llegó a tener importancia política en León y a disponer de panteón en San Isidoro. Allí en una reforma reciente se descubrió un cadáver decapitado, que aporta veracidad a la historia de Ares de Omaña.

 

La escena de Ares de Omaña invitado en el Castillo de Ordás por su tío, es un paradigma de la nobleza de estas gentes y estas tierras.

No las tenía todas consigo Ares porque se presentó con escolta de 200 aguerridos ribereños curtidos en la azada y la guadaña. Por consejo de su madre viuda accedió a la invitación que podía suponer paz duradera para sus gentes, temerosas de las ambiciones de los Ordás. El tío conociendo la juventud y la nobleza pero inexperiencia de Ares le reprochó:

-¿Vienes a verme con escolta? ¿Tan felón me crees, como para hacerte daño siendo mi huésped?

La treta surtió efecto. Ares se disculpó, justificó su escolta en el peligro de los caminos, y mandó a su gente esperarle fuera del castillo.

La comida resultó copiosa y bien regada. El sopor posterior de Ares fue aprovechado por su malvado tío para asesinarle. Debió parecerle poca crueldad por lo que se ensañó friendo la cabeza del infortunado sobrino y después de exhibirla como trofeo desde las almenas se la lanzó a la escolta que esperaba en la ladera circundante al castillo de Ordás.

Este episodio por mucho que fuera relativamente frecuente en épocas pasadas, no deja aún hoy día de repugnar e indignar a los hombres de bien. Ares alcanzó categoría de Mito en su tierra y su asesino alcanzó el triste título de Sanguinario, odiado para siempre por los que se consideran herederos del noble Ares de Omaña.

 

Para el turista existe una zona de descanso en Castillo al lado mismo del río Santibañez, desde donde se puede disfrutar del perfil del castillo evocador, residencia del joven Ares, del que en mala hora salió para visitar a su malvado tío.

 A sus pies, porque la vida sigue su discurrir como el río,  se aprecia el sistema de sangrado en el río para riego. Este sistema es general en las riberas de la zona suponiendo un aprovechamiento hídrico, base de la economía hasta hace muy pocos años. La vida de ribera desarrolla hombres  y mujeres sanos, muy conscientes de su independencia personal y también muy sociables porque las comunidades de regantes son una escuela de convivencia.